
UN LLAMADO A LA AUTORRESPONSABILIDAD
Mientras el mundo se estremece por la pandemia del COVID-19 y ahora “Amanda” toca suelos Centroamericanos, mientras muchas personas se encuentran sin casa, sin cobijo padeciendo de frio y humedad, quiero escribir algunas líneas acerca de este tema: “QUEJA VERSUS AUTORESPONSABILIDAD”.
Ciertamente durante el transcurso de la vida, hay eventos, situaciones y circunstancias que nos sobrepasan como individuos: enfermedades, variables incontrolables como terremotos, huracanes, sequías, etc., Respecto a ello, hay un elemento que veo a menudo en las sociedades, en las comunidades y a nivel individual: la queja. Y no me refiero a un comentario sobre lo mal que lo estamos pasando, tampoco a una conversación íntima con un ser querido sobre algo que nos aqueja, que además de ser una buena práctica, es sanador, liberador y una herramienta de relaciones interpersonales eficaces.
Me refiero a una forma de relacionarnos que cada vez, esta quedado en evidencia, la continua queja:
Las hay de todas las categorías, desde quejarse por el planeta en que nacimos hasta por el color de ojos o color de piel, las hay individuales y colectivas, algunos ejemplos frecuentes que suelo escuchar:
“Si mi marido no me hablara así, yo no sería así” “si la plataforma de la universidad o escuela, no se hubiese atascado, yo hubiese realizado la tarea a tiempo,” “si todo el mundo no botara la basura en la calle, no se inundarán las calles “si yo fuera… más alta, más linda, más flaca, más baja, si tuviera, dinero, un mejor trabajo, si yo pudiera hablar inglés.”
Hay quejas también que suelen poner en competencia a los amigos/as en cuanto a las enfermedades, si alguien menciona que tiene una alergia al polen, no falta quien en la reunión, diga que eso no es nada, porque él o ella, tienen eso y más.
Dicho lo anterior, aquí van algunas preguntas de auto reflexión y auto análisis, con el objetivo de dar seguimiento a lo que estuvimos viendo en el mes de mayo, gestionando los miedos, tratando de comprender la soledad y ahora como un llamado frente a lo que nos impacta como individuos y como sociedad.
Estas preguntas, son para detenernos ante tanto CAOS, hacer un alto y nuevamente, como es mi costumbre o mejor dicho, mi propósito de vida hacer el llamado a nuestro Universo interno para que desde ahí, podamos convertirnos en mini universos limpios y asertivos, que funcionen en consonancia y armonía con los demás.
- ¿Cuándo fue la última vez que usted visito al médico, solo por prevención y no por una enfermedad?
- ¿Cuándo fue la última vez que pidió por el bienestar de un enemigo? (si es que todavía usted cree que hay enemigos externos)
- ¿Cuándo fue la última vez que pidió perdón a su hijo, a su esposa, a su madre, a un amigo, a alguien a quien a herido?
- ¿Cuándo fue la última vez que reciclo la basura de su casa?
- ¿Cuándo fue la última vez que saco su ropa en buen estado y la brindo a un extraño?
- ¿Cuándo fue la última vez que se dijo a sí mismo, lo bien que hace su trabajo?
- ¿Cuándo fue la última vez que se dijo a sí mismo, lo linda o guapo que se ve con ese atuendo?
- ¿Cuándo fue la última vez que reconoció sus propios talentos y habilidades sin vanidad y con sencillez?
- ¿Cuándo fue la última vez se dio un abrazo?
- ¿Cuándo fue la última vez, que se dijo a usted mismo lo mucho que se aprecia y se quiere?
La queja versus la autorresponsabilidad no es más que la ausencia de todas estas preguntas y la creencia equivocada que NO somos suficientes.
Respóndase estas preguntas, escríbalas en papel, en un viejo cuaderno o en su computadora, si gusta compártamelas, una de las maneras como aprendemos más, es compartiendo.
¿Trate de responder con honestidad, pero sobre todo sea generoso con usted mismo, para que la próxima vez, que quiera quejarse, recuerde que usted es responsable de todo, lo que le aqueja, porque razón? Porque no vivimos en un mundo real, vivimos en mundos interpretativos, de tal forma que, si usted comienza a interpretarse a sí mismo, de forma renovada y responsable, se convertirá en una agente “dador” de escucha, de paciencia, de optimismo. Se puede convertir en un “generador” de acciones responsables en su propia casa, con su familia, con sus vecinos, si toda la energía que utiliza para quejarse, la usa para ser y hacer conductas responsables, todo su paisaje tendrá diferentes colores, se lo garantizo.
Confío que, de ahora en adelante antes de quejarse, agradezca por lo que tiene y no tiene, y se pregunte:
“¿Qué puedo hacer yo para mejorar esta situación?” ¿Qué puedo aportar yo, para que esta circunstancia mejore?”
La vida se basa en una actitud, la actitud basada en el amor y la compasión hacia nosotros mismos y hacia los demás.
Gracias por leerme, espero sus comentarios.
KS.